martes, 30 de junio de 2009

El cerrajero - Héctor Ranea


En Cambio, el cerrajero apenas podía mantenerse con el trabajo que solicitaban del valle del Elsa. Su fama era archiconocida pues la fundición de bronce que hacía para las llaves, las convertían en joyas que abrían las puertas más deseadas. Los amantes las pedían para las ventanas de sus amadas y las amantes para el corazón de algún caballero. Una noche de tormenta, un viajero solicitó un par de llaves capaces de abrir todas las puertas. Reconoció a Calvino, arzobispo de Numancia, quien años atrás viniera con un pedido similar. Éste trae una lata de molienda de una hoja verde que bien conocía Arnolfo, con eso pagaría el servicio. De un estante sacó una pareja de llaves gigantes. Al dárselas, el recienvenido le comentó entre dientes: -Volvió a hacerlo. Pedro escondió sus llaves entre los pliegues de la túnica de bronce que le hiciste.

Sueño - Arantza Ruiz de Mendarozqueta


Mi mujer me abrazaba y me besaba la mejilla, mientras yo le tomaba la cintura dulcemente. A mi alrededor, estaba lleno de cámaras que filmaban nuestro amor. Era una imagen preciosa y yo podía sentirla, hasta que una tormenta se desató y de repente, me encontré en mi cama. No podía explicar por qué había aparecido ahí. Mi mujer me llamó a desayunar y, con la duda en mi cabeza, acudí a su llamado.

Evolución – José Luis Zárate


La Luna atrae la marea, las aguas pierden peso y tratan de elevarse hacia esa sombra resplandeciente.
Los peces dentro del mar sienten ese deseo nunca satisfecho.
Por eso salieron de las aguas cálidas, por ello dieron los primeros pasos en tierra firme.
Por eso crearon una civilización, e historias y máquinas y cohetes.
Por ello volamos hacia ella sintiendo que todos nuestros sueños se cumplen, y dejamos de imaginarnos humanos y nadamos en el espacio hacia sus brazos.

Tomado de: http://zarate.blogspot.com/

Ch’in Er Shi - Daniel Frini


Er Shi Huang Di, el segundo emperador de China, buscó la isla de Zhifu interesado en la inmortalidad; tal como lo hiciera su padre, el legendario Ch’in Shi Huang Di.
Demostrando una vez más, que al destino lo hace la suerte; a pesar de ser notablemente menos capaz que Ch’in, Er sí encontró la vida eterna. Pero no supo qué hacer con ella. Hoy atiende un puesto de comida china en Retiro. Los parroquianos se sonríen y le palmean condescendientemente la espalda cuando cuenta cómo escapó de la rebelión de Liu Bang, en el doscientos siete antes de Cristo.

domingo, 28 de junio de 2009

Peligros de la ciudad (11)- Jordi Cebrián


Han abierto las calles de mi ciudad y de las zanjas emergen tuberías rojas, como intestinos inflamados. Ha llovido y el barro y la suciedad acaban de componer la imagen de una ciudad muriendo por sus heridas. Los ancianos lo saben y caminan sin atreverse a mirar los enormes boquetes, las grietas, los cables enredados. Se oye rugir el subsuelo, pero nadie escucha. Hasta las ratas abandonan la ciudad y los niños las persiguen con palos y piedras. Quienes pueden se encierran en casa; beben, y cantan, y repiten historias de otros días y otras ciudades, y esperan el final.



Tomado de: http://cienpalabras.blogspot.com/

Nickname- Esteban Dublín


Mientras ella aguanta los gemidos, él le desliza la lengua por el cuello. Se detiene en sus senos, le absorbe las cimas como recién nacido y agarra con fuerza la parte baja de su trasero. Sus dedos se sumergen en esa cueva que arde como el verano y después de quitar el pedazo de algodón que está a punto de derretirse, el anular y el corazón empiezan a jugar como dementes. Ella emite un gritito y entrecierra los ojos como preparándose para el mejor de los sueños. Luego de un par de movimientos, él se prepara para juntar los cuerpos definitivamente, pero ella lo detiene. “Me tengo que ir”, le dice, aún excitada, al tiempo que pasa un trago de saliva. Cuando se incorpora, Female sale de la sala de chat y atiende el llamado de su jefe.


http://estebandublin.blogspot.com/

Cuidado - José Luis Zárate


Uno debe tener cuidado con los colmillos, terriblemente venenosos, por no mencionar ese líquido innoble que supuran, su respiración llena de ácidos, sus dedos de espinas, el filo de sus ojos, o su voz capaz de rasgar cristales y órganos…

Pero aún así: que hermosas son las hadas.


Tomado de: http://zarate.blogspot.com/

Sueños rotos - Adriana Menéndez


Se despierta con la boca seca y perturbada. Va a la cocina para servirse un vaso de agua y así borrar la cara sin rostro, el sabor amargo y la certeza de no poder nunca alcanzar algo que está tan cerca. El agua es inútil; ya lo dice el refrán: la realidad supera ampliamente a las pesadillas. Sólo quiere entonces poder vender sus recuerdos al mejor postor y con ese dinero comprar ingenuidades nuevas. Volver a pensar en la posibilidad de que haya buenos y malos. Se queda en el sillón del living, mirando una película que no entiende.


Tomado de: http://adriana-menendez.blogspot.com/

Después de la cena- Alejandro Ramirez Giraldo


Llegué a casa después del trabajo y mi esposa me recibió con una extraña frialdad. Me sirvió la cena y sólo cuando acabé de comer me dijo que debía irme esa misma noche. Intenté protestar, pero me dijo que ya no me amaba y que otro hombre vendría en una hora. Recogí rápidamente mis cosas, le di un beso de despedida y me fui. Cuando salí del ascensor otro hombre entraba con una maleta. Quise hablarle y darle algunas sugerencias, pero me abstuve porque juzgué que tenía todo el derecho a vivir el mismo infierno que yo viví.


Tomado de: http://cuentominicuento.blogspot.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

viernes, 26 de junio de 2009

Politiqueando - Sarko Medina Hinojosa


a ciega se bajó del escritorio y se arregló la bata, recogió su balanza y su espada. Entonces el político le acercó un billete de 100 y se lo puso en la mano: —Cómprate algo bonito dulzura —y la acompañó hasta la puerta como todo un caballero galante.

Quod Scripsi, Scripsi (Jn 19,21) - Antonio Cruz


“Sácame de esta situación”, dice el pobre hombre semidesnudo de rostro magullado y cuerpo lacerado.
“No me jodas”, contesta el hombre de barba.
“Al menos, quita todo ese inmenso palabrerío huero que has colocado encima mío”
“¡No lo saco un carajo!”, responde el hombre. “Lo que ya está escrito, escrito está” y, con sonrisa malévola, busca la opción guardar en su computadora, hace un clic en el ratón y condena al personaje del cuento que acaba de escribir a vivir eternamente en una historia mediocre y sin vuelo.

Al Origen - Oriana Pickmann


No entiendo por qué no funciona. Nadie me había explicado que sería así de difícil. Bueno, en realidad, nunca pregunté, sólo cogí la nave y regresé cincuenta años en el pasado. Ya estaba harto de mi vida. Todos los días la misma rutina, la misma patética película, una y otra vez. Hasta que decidí que lo mejor sería borrar todo de raíz.

He vuelto en el tiempo para asesinar al niño que fui, para autoeliminarme. Este mocoso que yace tibio y sin vida a mi costado es el décimo de hoy. Y no logro comprender por qué no desaparezco. Quizá deba volver cincuenta años en el futuro y leer más cuidadosamente, en mi manual de instrucciones de la fábrica ensambladora, de dónde exactamente vengo.

Autentificado – Sergio Gaut vel Hartman



—¿Una carta de puño y letra de Jesucristo? ¿Habla en serio?
—Busque la Historia Ecclesiae de Eusebio de Cesárea o la Enseñanza de Addai de Efrén el Sirio y se convencerá. Ahí está todo. La carta de Abgar, el rey de Edesa, pidiendo que el Salvador le cure la lepra, y la respuesta de Jesús. Pero esta es la carta auténtica.
El infeliz miró una vez más la hoja de papel que el otro sostenía a prudencial distancia. Olía a fraude, pero ¿y si no lo era? El precio resultaba tentador.
—¿Cuánto dijo?
—Ciento cincuenta euros.
—¿Y cómo sé que es auténtica?
El vendedor bufó ostensiblemente. —Hombre de poca fe —dijo—. Mire el matasello: Jerusalén, 8 de febrero del 32.
—Ah, claro, el matasellos. Tiene razón. Y la estampilla, ¿también la vende?

¡Enfermera! – Angela Schnoor


Era la más solicitada en aquel pabellón. Reía mucho y no dejaba a nadie sin atención especial. Como vestía de blanco y tenía intimidad con los médicos, ningún paciente percibió que era apenas una más entre los internos de la unidad psiquiátrica.

Papel - José Luis Zárate


El uso masivo de clones ha llevado a problemas no previstos. Los arrojan a las coladeras o tiran en plena calle. A veces encontramos nuestro rostro entre la basura y sentimos que eso no está bien, que es necesario un poco de dignidad, o bolsas de papel más resistentes.

martes, 23 de junio de 2009

La primera noche - Alejandro Ramírez Giraldo



Después de una noche de fogosa actividad sexual, la pareja duerme desnuda y entrelazada.
El hombre despierta primero y empieza a desprenderse de los brazos y las piernas que lo aprietan. Recoge la ropa del suelo y entra cautelosamente al baño. Se viste y sale. Pero no quiere irse en silencio, como si huyera. Ve sobre la mesa de noche un cuaderno, lo abre en una página en blanco y escribe: "Hermosa noche, pero me voy. Y no se preocupe por mí que los caballeros no tienen memoria." Cuando levanta el cuaderno para ponerlo en la cama junto a ella, descubre debajo una nota manuscrita: "Te puedes ir. No espero nada de ti."
Va hacia la puerta con gesto adusto y antes de salir se detiene a pensar: ¿Y si me quedo?

Tomado de: http://cuentominicuento.blogspot.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

El esperador de muchachas - Diego Muñoz Valenzuela



El esperador se instala en las esquinas tumultuosas del centro comercial de la ciudad. Los años cargan sus espaldas de achaques, arrugas, canas y falta de garbo. Sin embargo, aún se viste con toques juveniles: un pañuelo de colores arrollado al cuello, una chaqueta de cotelé, zapatos terminados en punta. Se ubica frente al paso de cebra a esperar las muchachas que corren cuando el semáforo está a punto de cambiar. Así por un instante imagina que corren a sus brazos, arrobadas de amor, totalmente rendidas. Sonríe, cierra los ojos, encantado, y las muchachas pasan a su lado, sin verlo.

Tomado de: http://diegomunozvalenzuela.blogspot.com/

Lenguas muertas - Alejandro Ramírez Giraldo



Tantos años estudiando latín, ¡una lengua muerta!, y por fin me sirvió de algo. Anoche soñé que estaba en el senado romano, en tiempos de la república, bajo el reinado de Octavio Augusto. Y pude entender casi todo lo que decían.

Tomado de: http://cuentominicuento.blogspot.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

Las visitadoras - Martín Gardella



Descubrí que las muñecas de mi hermana cobran vida en la madrugada. Abandonan, delicadamente, la casita en miniatura de la habitación contigua y entran en la mía, semidesnudas, para colarse en el cajón de mis muñecos articulados. Hago silencio para no molestarlos y, con los ojos cerrados, escucho el sonido del plástico retorciéndose, galopante contra la caja de madera. Media hora más tarde, se retiran sonrientes y despeinadas, con su flexible cuerpo agotado y la misión cumplida.
El episodio se repite, indefectiblemente, noche tras noche, aunque hoy promete ser diferente. Asomado a la puerta de mi cuarto, el alegre rostro plástico de la muñeca gigante que le obsequié a mi hermana por su cumpleaños, observa el grueso candado que coloqué en el cajón de los juguetes y me guiña un ojo. Todos duermen, excepto nosotros.

Tomado de: http://ficcionminima.blogspot.com

Recurso extremo - Sergio Gaut vel Hartman



—Sequía total; no se me ocurre una puta idea.
—Escribí sobre eso, que no se te ocurre una puta idea.
—Odio escribir sobre eso. Escritores que no tienen ideas, que se encuentran con sus personajes, que hablan de la página en blanco, de otros escritores…
—Entonces escribí sobre un escritor que odia escribir sobre escritores que no tienen ideas, que se encuentran con sus personajes, que hablan de la página en blanco, de otros escritores…
Lo miré como un náufrago mira a los tripulantes del bote que viene a rescatarlo y está atracando en la playa.
—¿Sabés que tuviste una idea brillante?
—Mis ideas siempre son brillantes. Pertenezco a la generación de personajes 2.0.
—¿Y eso que es?
—No preguntes tanto y escribí.
—Ya escribí.
—Bueno, entonces ahora revisalo, ponele el título y mandalo a quien corresponda.

lunes, 22 de junio de 2009

La pesadilla del cartero - Laurie Anderson


Tengo esta pesadilla recurrente y es que todo el mundo, excepto yo, tiene los problemas de los bebés.
Quiero decir que todos tienen su altura normal y todo eso― metro y medio, metro ochenta de altura ― pero tienen todos esas cabezas gigantes, como de bebés, ¿sabés? Y ojos enormes y brazos y piernas pequeños, y apenas pueden caminar.
Y cuando yo voy por las calles y los veo venir les cedo el paso y me corro a un costado.
Tampoco leen o escriben, por lo que no tengo mucho que hacer.
En lo que respecta al trabajo, es muy tranquilo.

Foto de Laurie Anderson, traducción de Saurio

La manera democrática - Laurie Anderson


Soñé que era la amante de Jimmy Carter y que estaba en alguna parte, supongo que en la Casa Blanca… y que también había un montón de otras mujeres… y que se suponía que ellas también eran sus amantes… pero yo nunca había visto a Jimmy Carter… y ninguna de las otras mujeres tampoco lo había hecho.

Y había una gran discusión en curso porque Jimmy había decidido abrir las elecciones presidenciales a los muertos. Esto es, que cualquiera que alguna vez haya estado vivo tendría la oportunidad de ser presidente. Él decía que pensaba que de esa manera sería más democrático.

Cuantas más posibilidades de elegir tuvieras, más democrático sería.

Traducción de Saurio
Foto: Laurie Anderson en 1975, en Songs and Stories for the Insomniac, con un Vestido Pantalla sobre el que se proyectaban películas mientras ella narraba y tocaba el violín

Marcos para las fotos - Laurie Anderson


Tuve un sueño en el que mi madre estaba allí sentada, cortando fotos de hamsters en revistas. En algunas de esas fotos los hamsters son mascotas, y en otras los hamsters están en alguna parte del fondo. Y ella tiene una gran pila de esas virutas de cedro ― vos sabés cuáles, las que ponen en el piso de las jaulas de los hamsters ― y las está pegando una con otra y con ellas enmarca las fotos y las cuelga sobre la chimenea ― más o menos ese es su método. Y de repente yo me doy cuenta de que esta es sólo su manera de decirme que debo volverme una cineasta estructuralista ― que, sabés, es lo que había planeado hacer de todos modos.

Traducción de Saurio.
Foto de la instalación Talking Pillows, Laurie Anderson, 1977-97.

sábado, 20 de junio de 2009

El cinturón - José Luis Vasconcelos



El cinturón - José Luis Vasconcelos
Las hebillas asoman en todos los rincones con ese desdén metálico que tienen. Hebras de res escurren de todos los cajones. Entre los desfiladeros de piel ofician orificios como frutos vacíos. El cinturón danza ante mí como una cobra. Oscila. Avanza, pica y retrocede. Repta sobre mis pies. Tal vez un día vuelva a su origen. Puede ser un milagro, pero hoy —sólo por hoy— dejaré que se enrosque en mi cuello.

Tsunami - José Luis Zárate


Tsunami - José Luis Zárate
En el último segundo me acobardé. Me arranqué los cables que me conectaban al mundo virtual. Pude escuchar el tsunami acercarse en los audífonos de quienes me rodeaban. Los vi mirar las insustanciales líneas programadas. ¿Ese mi rostro repetido un millón de veces? Gritos, llantos. Algunos fueron barridos por la ola invisible para mí, marionetas desmadejadas por la furia del logaritmo de desastre. El silencio súbito de bocas abiertas y manos tratando de abrir la garganta. Se ahogaban, rodeados de aire empezaron a asfixiarse.
Como pude me arrastré fuera de ahí.
Manos amigas me ayudaron a salir, me cubrieron con mantas, me anotaron como uno de los pocos sobrevivientes del desastre.
Un millón esperaba para la segunda función.

Tomado de: http://zarate.blogspot.com/
Foto por
Malene Thyssen, http://commons.wikimedia.org/wiki/User:Malene

Parábolas - Eduardo Gotthelf


Parábolas - Eduardo Gotthelf
El aula estaba llena de gerentes y altos ejecutivos.
−Como se cita a menudo, si ponemos una rana en una olla de agua hirviente, intenta salir. Pero si la ponemos en agua fría y subimos gradualmente la temperatura, la cocinamos. Nosotros, como la rana, no podemos detectar amenazas que provienen de cambios lentos y graduales, sólo notamos los cambios rápidos.
−¡No estoy de acuerdo! −interrumpió un joven−. Si el cambio es muy rápido, tampoco lo notamos. Por ejemplo, las ranas de Hiroshima.

Reproducido, con permiso del autor, de: Cuentos Pendientes. Editorial Ruedamares (2007).

Ver también, de Héctor Ranea:
http://quimicamenteimpuro.blogspot.com/2008/08/ranas-hctor-ranea.html

Premio - Jorge X. Antares


Premio - Jorge X. Antares
El viejo no paraba de gritar y gritar y el negociante no paraba de vender y vender papeletas. Un joven pelirrojo de aspecto brutal dio un grito.
-He ganado. Tengo el número. -Todo contento cogió el pico y se dirigió a cobrar su presa. Los fines de semana en ese asilo en medio de la nada eran especialmente mortales.

El sueño de otra persona - Laurie Anderson



El sueño de otra persona - Laurie Anderson
Vos sabés como son esas noches, cuando estás durmiendo y está totalmente oscuro y silencioso, y no soñás, y sólo hay negrura, y la razón es ésta: es que en esas noches vos te fuiste. En esas noches vos estás en el sueño de otra persona, estás ocupado en el sueño de otra persona.
Algunas cosas son sólo imágenes, son escenas frente a tus ojos. No mires ahora, estoy justo detrás tuyo.

Monos con escopetas - Fabián Casas



Monos con escopetas - Fabián Casas
Si todos los cubos Rubik de la humanidad fueran resueltos simultáneamente, se desencadenaría una catarata de antientropía que coagularía toda la materia oscura de las cercanías del sistema solar, provocando un rasguido enorme en el espacio tiempo y la dispersión en partículas del universo cercano. Tranquilos: Nuestra torpeza nos protege.

jueves, 18 de junio de 2009

Todo ocupa tanto como nada - Jordi Cebrián


¿Habéis pensado alguna vez en que un bisonte ocupa tantas palabras como cien bisontes?. ¿Y que nuestra propia galaxia ocupa las mismas palabras que todas las galaxias? He intuido entonces que podría llenar cada cuento de infinidad de seres, de más sentimientos de los que puedo sentir. Podría, de cada personaje, crear una multitud, hacerles luchar entre ellos, odiarse, vengarse, perdonarse. Cada joya encontrada sería montañas de tesoros y cada muerte el final de una civilización. Y entonces el cien no sería un límite, ni un final, sino un infinito, un aleph contenido en el reducido espacio de este cuento.

Tomado de: http://cienpalabras.blogspot.com/
Imagen: Viviana Hinojosa

Sutil - José Luis Zárate


No importa lo misterioso, lo lejano que se esté, no importa las pistas demasiado sutiles, los gestos casi imperceptibles, siempre hay alguien que sabe realmente qué desea uno, qué es lo que se ama. ¿De qué otro modo tendería la trampa?.

Tomado de: http://zarate.blogspot.com/
Imagen: Viviana Hinojosa, "El Viaje Misterioso" (detalle)

Influencias - Laura Elisa Vizcaíno


Soñé que soñaba con un lugar común, en el que mi otro yo pretendía revelarme la verdad absoluta. De repente Borges me sacó del primer sueño, ahogándome con una almohada y gritando algo sobre los derechos de autor.

Cuando desperté de verdad, fui directo a mi biblioteca y quemé todos los libros del envidioso.

Tomado de: http://ficcionminima.blogspot.com/
Imagen: Viviana Hinojosa

Filósofo en zapatillas - Sergio Patiño Migoya


Se quedó mirando la suela de la pantufla, los restos lechosos mezclados con el caparazón reventado de la cucaracha que había sorprendido en la cocina. Notó un amago de arcada en la garganta, pero peor, se dijo, habría sido que Gloria se la hubiese encontrado por ahí. Limpió la suela con una servilleta y, con tal mortaja, dio sepultura al espachurrado dictióptero en el cubo de la basura. Luego llenó un vaso de agua, lo bebió y se volvió a la cama, pensando en que, si los hombres fuéramos cucarachas, no habría tantas guerras sólo del asco de matarnos. "¿Viste? La sangre es otra cosa". Se sonrió de su ocurrencia, abrazó tiérnamente a su esposa y se durmió.

Tomado de: http://breventosybrevesias.blogspot.com/
Imagen: Viviana Hinojosa, "Flautista" (detalle)

El complot original - Daniel Frini


—Algo se trae entre manos— dijo el Director General de la Agencia
—Es un elemento díscolo— sentenció el Jefe Operativo —Lo tengo bien vigilado.
—Deberá usted redoblar los esfuerzos por controlarlo. Quién sabe en qué problemas puede meternos. Ponga a trabajar bajo el mando de él a un agente que nos sea fiel, antes que la situación se nos haga inmanejable.
—Sí señor. Tengo al hombre indicado.
Así se hizo. Días después, Astaroth, el infiltrado, informó a sus superiores cómo el agente fuera de control, sumido en la negrura infinita, había pronunciado Las Palabras:
—¡Hágase la luz!
Siete días después, la Agencia desaparecía. El Nuevo Régimen gobierna desde entonces.

Imagen: Viviana Hinojosa, "Parroquianos"

martes, 16 de junio de 2009

Complemento circunstancial de lugar - Jorge Martín




A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, hacia, hasta, para según, por, sin. La única pregunta que responden es circunstancial. Útil pero con severas limitaciones o será que soy demasiado exigente con una preposición. Sin embargo a pesar de la importancia del desde y el hacia hay otras cuestiones para responder. Ya sé que puedo acudir a otros sintagmas preposicionales o dirigirme al verbo, no es ese el punto. ¿Tiene que ser tan restringida la función? Si me obligan a una pregunta tan estrecha, ¿no está ya de antemano acotada la respuesta? Un sintagma se caracteriza por ser la proyección máxima de un núcleo, si esa es la ampulosa definición de estas partículas esperaba más de ellas.

Caries - Héctor Ranea





Los Vendedores de Inmuebles Históricos tuvieron la reunión anual en el Castillo Vlad, Transilvania, junto a Dentistas Transilvanos Asociados. Durante la cena de gala un olor nauseabundo inundó el Castillo. Los ujieres, después de un exhaustivo examen de los retretes, concluyeron que ese olor venía de la cripta de Vlad, la más antigua.
Para el olfato experto del Dentista Jefe el olor fenomenal era inequívocamente a muelas cariadas. Decidieron abrir la cripta y se hizo insostenible. Muchos vendedores cayeron desmayados. Pocos dentistas se animaron: Había que hacer un trabajo complejo en las muelas del vampiro, con la consiguiente chance de accidente laboral fatal. Tomaron las radiografías y, antes de que anocheciera, ya tenían rellenas las tres piezas molares dañadas del no cadáver más famoso.
Esa noche, Vlad cenó inmobiliarios y dentistas, pero evitó a los diabéticos.
−No más azúcar, plis, no siempre podré invitar tantos dentistas.

Las Aurelias - Laura Elisa Vizcaíno


Las Aurelias - Laura Elisa Vizcaíno

La medusa Aurelia discurre en el océano. Baila, gira e inventa muchas historias en su mente. La medusa tiene muchos amigos y familia, pero el día de hoy se siente sola. El meduso de sus sueños no ha aparecido, no lo conoce y nunca lo conocerá, porque nadie le ha explicado que para meducir a un meduso se necesita medusearlo de rosa, meduciar cada endodermo con todos sus tentáculos hasta saciarlo de dulces meduceos
Así que la medusa Aurelia está llorando, pero ¿quién se atreverá a explicarle que para tener meducitos necesita que su plánula se fije en el fondo marino para formar un pólipo?
Hay tantos medusemas problemáticos que las medusas ancianas prefieren mantener en secreto y no se dan cuenta que las Aurelias ya están en extinción.

Odín - Jorge Luis Borges y Delia Ingenieros


Se refiere que a la corte de Olaf Tryggvason, que se había convertido a la nueva fe, llegó una noche un hombre viejo envuelto en una capa oscura y con el ala del sombrero sobre los ojos. El rey le preguntó si sabía hacer algo; el forastero contestó que sabía tocar el harpa y contar cuentos. Tocó en el harpa aires antiguos, habló de Gudrun y de Gunnar y, finalmente, refirió el nacimiento de Odín. Dijo que tres parcas vinieron, que las dos primeras le prometieron grandes felicidades y que la tercera dijo, colérica: "El niño no vivirá más que la vela que está ardiendo a su lado.Entonces los padres apagaron la vela para que Odín no muriera. Olaf Tryggvason descreyó de la historia; el forastero repitió que era cierto, sacó la vela y la encendió. Mientras la miraban arder, el hombre dijo que era tarde y que tenía que irse. Cuando la vela se hubo consumido, lo buscaron. A unos pasos de la casa del rey, Odín había muerto.

El profesional del suicidio - Miguel Garrido Pérez


El joven Ernesto, empuñando una pistola, se presentó en casa del hombre que le había arruinado: "No voy a matarle, don Braulio", dijo, "sino a suicidarme ante usted. Caiga mi sangre sobre su conciencia y lo que es peor, sobre su magnífica alfombra persa". Don Braulio le disuadió: buenos consejos y una sugerencia: "Si desea quitarse la vida, ¿por qué no lo hace en casa del odioso Cortés?". Y le convenció con un cheque generoso. "Aunque no le conozca, la prensa buscará razones y arruinaremos su carrera". Pero el odioso Cortés le contrató para suicidarse en casa del pérfido Suárez, este le pagó para hacerlo en la de su enemigo Ramírez, y así sucesivamente. Ernesto se retiró veinte suicidios después. "La bondad de los hombres me ha salvado", solía decir.

domingo, 14 de junio de 2009

Más y más - Jorge X. Antares



Se divertían poniendo los petardos más estruendosos. Miraban con ojos infantiles las estelas de los cohetes y los fuegos artificiales que rompían en el cielo nocturno. Cada uno mayor y más retumbante que el anterior. Cuando se les acabaron, no pudieron parar. Tenían la fiebre dentro y necesitaban más. Al bueno de Buzz se le ocurrió hacer cohetes artesanos con botellas vacías de cola, gasolina y pegamento. Su cara se quedó blanca, cuando aparecieron unos ángeles y les atravesaron con sus espadas flamígeras. El deseo de un anciano que quería dormir se había cumplido.

Música - José Luis Zárate



Algo atrae a las ballenas a las orillas, algo las obliga a morir lejos del agua. Pensamos en una enfermedad sobre su sentido de orientación, en una locura inducida.

Hoy amanecimos sabiendo que es culpa de un canto, de una melodía que no puede desobedecerse.
Nos levantamos escuchándola, un millón de peces se estrella contra las playas y sabemos por qué.
Comentamos esa música, la analizamos, tratamos de ignorarla mientras empezamos a seguirla.
¿Hacia qué playas nos lleva, hacia qué orillas, hacia qué muerte?
Quisiéramos saber, al menos, quien canta nuestra destrucción.


Tomado de: http://zarate.blogspot.com/

Una demora imperdonable - Martín Gardella



Le aseguré que me reuniría con ella en aquel encuentro social tan importante, a las doce de la noche, sin demoras, pero un inconveniente imprevisto me impidió llegar a tiempo. Seguramente por eso, cuando me acerqué, ella ignoró mi presencia, o no quiso notarla. Le hablé al oído, la miré fijamente durante toda la noche, juguetee con las luces del salón, moví el humo de las velas y los inciensos, y hasta grité abiertamente que la amaba, para llamar su atención. Pero ella, sólo respondió con una extraña y cruel indiferencia. Me había advertido que no perdonaría un retraso más, y así lo hizo, por lo menos, hasta el día siguiente, en que vería mi nombre listado entre los obituarios, junto a la noticia que relataba el fatal accidente.

Tomado de: http://ficcionminima.blogspot.com

Control – Sergio Gaut vel Hartman



A Euge, que me dio la idea

—Si pudiera controlar mis sueños soñaría con Angelina Jolie.
—Si, y ella con usted. Vaya a dormir abuelo, que mañana cumple 207 años. —Me aparté asqueado del viejo, que parecía tener sólo treinta y cinco o cuarenta, y protesté contra los científicos que se empeñan en prolongar la vida más allá de lo razonable. ¿Quién será Angelina Jolie?

Asesinato en el departamento 6 - Héctor Ranea



Se aseguró que no hubiera luces en el departamento 6. Abrió con sigilo la puerta de la que se había hecho una llave. A tientas recorrió el lugar, sorteando todos los obstáculos como los recordaba. Al llegar al lugar que él conocía, encendió la linterna, se vio en ese espejo antiguo y disparó los seis tiros de su revólver. Al caer el espejo, el asesino desapareció hecho mil pedazos.

viernes, 12 de junio de 2009

La trampa de papel - Jean-Pierre Planque


Fue sólo cuando el Dr. Jekyll empujó la puerta de mi oficina que lo comprendí: mi amigo Stevenson había escrito algo más que una historia de miedo. Volví a cerrar el manuscrito y lo arrojé al fuego de la chimenea.
Jekyll gritó y desapareció.
Así terminó el análisis más insensato de toda mi carrera...



S.F (Sigmund Freud).



Título original: Le piège de papier
Traducción del francés: GvH

Por una palabra - Jordi Cebrián


Escribí un cuento de cien palabras perfecto. La gente lo leía con avidez, y lo enviaban entusiasmados a sus amigos. Me llamaron para hablar sobre el cuento en la tele, y desde Hollywood querían adaptarlo. Entonces alguién descubrió que había escrito "porque", en vez de "por qué", así que ahora sobraba una palabra. Pero quitar cualquiera de ellas desmontaba el delicado mecanismo de relojería que había conseguido construir. Finalmente eliminé un artículo, pero ya no es lo mismo. Los críticos literarios me ignoran, han cancelado el programa al que tenía que ir, y Scorsese ya no me coge el telefono.



Tomado de: http://cienpalabras.blogspot.com/

Encuentro inesperado - Paloma Zubieta López


Se lanzó encima de mí como tormenta. No tuve ni tiempo de reaccionar. Tocaba mis mejillas con avidez y susurraba con ternura palabras que parecían grises y me llenaban de asco. Decía estar feliz de encontrarme después de tantos años. Con el mayor aplomo, le dije que se había equivocado, que yo no era la persona que buscaba. Al soltarme, dos lágrimas rodaron por aquel rostro y un manto de duda se instaló en sus ojos. Pidió disculpas y conforme la vi alejarse derrotada, me sentí un ser mísero. Había tenido la oportunidad de estar frente a mi madre, pero mi alma podrida no pudo aceptarlo.


Tomado de: http://deesquinasyrincones.blogspot.com/

El Comandante - Wilson Gorj


Era maestro en hacer avioncitos de papel. Muchos de ellos volaban alto y, arrancando suspiros, aterrizaban del otro lado del muro. Un bello día advirtieron que faltaba el Comandante. Los guardias no supieron explicar cómo huyó. Sus compañeros de hospicio juran que fue en un avioncito de papel.


Título original: O Comandante
Traducción del portugués: GvH

Amor - José Luis Zárate


Algunos gritos que se apagan, alguien que corre y se detiene, un silencio que va anegando todo el pueblo. Ninguna luz se enciende en la oscuridad. Debimos seguir los consejos del cazador, debimos reforzar los aceros y los hechizos. Debimos dejarla libre antes, debimos no herirla tanto, debimos…
Llega. La puerta se aparta por sí sola, las armas saltan de mis manos, lanzo el fuego a su rostro y ella lo aparta casi sin darse cuenta.
Debería llegar con garras, colmillos, con gritos de locura.
Pero es un hada.
Me mira, compasiva. Roza mi piel, con ternura. Me acuna y siento que regreso al hogar.
Me mata con cariño, me destroza dulcemente. Me dice que me ama y le creo, y beso su rostro lleno de sangre (mi sangre) y me digo que es una dicha verla mientras todo se apaga.




Tomado de: http://zarate.blogspot.com/

miércoles, 10 de junio de 2009

Un drama cualquiera - Angela Schnoor



—No tengas un hijo —alguien le dijo a su padre— pues tu casa nunca más será un lugar de honra.
Después de que él nació, la madre nunca más quiso saber nada del esposo, su padre. Sólo se dedicó a amar al hijo. Al hacerse consciente del drama familiar, se culpó por los sufrimientos paternos y enfermó negándose a recibir cuidados. Vivió, invidente, arrastrándose sobre los pies hinchados.

Título original: Um drama qualquer
Traducción del portugués: GvH
Tomado de: http://microargumentos.blogspot.com/