
EL QUE TENGA OÍDOS
Alberto Chimal
Yo era pobre, vivía mortificado, todos me humillaban. Luego caí enfermo gravemente y aun quienes me odiaban me dieron la espalda. Entonces me encomendé a la gracia de Dios con tal fervor que el Señor se apiadó de mí, y no sólo me alivió sino que me convirtió en un hombre nuevo, totalmente distinto, hasta el punto de que tengo otro nombre y otra fecha de nacimiento, soy de otro país, hablo otra lengua, mi cabello tiene otro color y un remolinito y además no conservo ni un solo recuerdo de mi vida anterior. (Qué asco de mentiroso que soy, ¿verdad?)
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