
MARIO P. MENARD
Javier O. Trejo
En el colegio un compañero le dio el apodo Pierre. Pocos entendieron y olvidaron. Su pasión era la ecología. Su especialidad: las ballenas. Se unió a varias organizaciones en pos de la defensa del medio ambiente. Viajó a Japón varias veces para tratar de convencer al mayor depredador. Su fama creció y los periodistas le dedicaron mucho espacio. Cada vez que hacía una protesta, lo rodeaban decenas de micrófonos que lo apuntaban como bocas mudas de ladrido. Harto de pasear pancartas por la calle, decidió un acto extremo. En un esfuerzo vital, logró enganchar su bote de goma en el enorme ballenero y comenzó a golpear el barco con sus manos desnudas.
Pierre Menard, el quijote, tituló un diario.
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