Rodolfo J.M.
Las arañas voladoras de los Cárpatos no tejen red para cazar, únicamente lo hacen para fabricar sus nidos. Sus alas les permiten ser los depredadores más implacables del mundo arácnido. Su tamaño es el del puño cerrado de un hombre de complexión regular, se alimentan de roedores, aves y mamíferos pequeños. Incluso se han encontrado cadáveres de becerros y vaquillas a medio devorar dentro de sus cuevas. Aunque no está comprobado que ataquen a seres humanos, la gente de los alrededores les teme y pone coronas de ajos en las puertas y ventanas de sus casas para mantenerlas al margen.
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