
En Desasosiego la gente tenía mucha fe. Muchísima. Y las tribus de Panorama todo lo contrario: desconocían la religión. Por eso, en cuanto esto se supo en Desasosiego comenzaron a partir oleadas de misioneros rumbo a Panorama. Pero los misioneros llegaban y eran asesinados casi inmediatamente por los panorámicos. Cientos de años después, y con la tasa más alta de muertes de misioneros, los desasosegados se pusieron a estudiar el idioma panorámico y descubrieron que en el lenguaje de esta gente el peor, el más intolerable, el más violento y repugnante insulto que un hombre puede decirle a otro se pronunciaba “dios”. Desde aquel día, los misioneros trataron de ser más prudentes con sus palabras.
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