
MALOS HÁBITOS
Sergio Gaut vel Hartman
Tenía la espantosa costumbre de resucitar cada vez que se moría. Por eso, donde corresponde tomar esa clase de decisiones, decidieron poner freno al vicio y le inyectaron la inmortalidad para que no jodiera más, pero antes tuvieron la precaución de anularle los cinco sentidos y de amputarle las piernas y los brazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado.
Gracias.