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lunes, 22 de septiembre de 2008

Diógenes - Ricardo Ganso

Cuando despertó, recordaba que en su sueño acababa de pedirle a alguien que no le tapara el sol, pero no sabía a quién. Vio a Alejandro Magno alejándose ofuscado.
—¡La concha de la lora! ¡Siempre hablando dormido! —despotricó Diógenes.

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