
NARRADOR
Edilberto Aldán
Ni brebajes ni conjuros; bastó creer que hay más que lo soñado por mi filosofía para traerlo de vuelta. Regresó de entre los muertos y en sus ojos vislumbré el llanto salvaje ante el cuerpo de Gertudris, la cólera que nada saciaría, el ataque a Fortinbrás recién llegado. En su mirada resplandeció la figura de un monarca sangriento que como bestia reinaría sobre Dinamarca, Polonia e Inglaterra. Decidí darle un mejor lugar en la tierra y en el cielo, rasgó de nuevo su carne el florete, empujé la copa hacia sus labios. Como él quiso, hoy sabes la historia del dulce Hamlet por mi boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado.
Gracias.