
PLACERES PRIMITIVOS
Lucía Coria
—Otro mas que deberemos descartar. Es imposible restaurarlo. —La científica lucía muy cansada.
—¿Está segura, doctora? Ya quedan muy pocos —dijo la ayudante con voz apenas audible.
—Le faltan partes esenciales. Las clientas no aceptan prótesis.
—Pero no son cuidadosas al usarlos...
—La racionalización produce este tipo de excesos. Ninguna sabe cuándo será su próximo turno y deciden aprovechar al máximo cada dosis.
—¡Maldita sea la reina lesbiana que mandó aniquilar a los hombres...!
—Pudimos salvar estos ejemplares, pero mantenerlos vivos resulta muy costoso. Aunque los aranceles por su alquiler aumenten a diario.
—¿Está segura, doctora? Ya quedan muy pocos —dijo la ayudante con voz apenas audible.
—Le faltan partes esenciales. Las clientas no aceptan prótesis.
—Pero no son cuidadosas al usarlos...
—La racionalización produce este tipo de excesos. Ninguna sabe cuándo será su próximo turno y deciden aprovechar al máximo cada dosis.
—¡Maldita sea la reina lesbiana que mandó aniquilar a los hombres...!
—Pudimos salvar estos ejemplares, pero mantenerlos vivos resulta muy costoso. Aunque los aranceles por su alquiler aumenten a diario.
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