
GOTERAS
Ricardo Juan Benitez
Las gotas golpeaban constantes e implacables en su frente
Una vez. Dos veces. Tres veces. Ya había perdido la cuenta. En algún momento, entre la caída de una y otra, había quedado adormecido. Pero inmediatamente el golpe del líquido lo había despabilado. Confiaba que en algún momento el cansancio lo vencería y pudiera abstraerse de aquella sensación alienante. Como le había dicho:
—A la larga morirás, pero primero sabrás lo que es la locura…
Una vez. Dos veces. Tres veces. Ya había perdido la cuenta. En algún momento, entre la caída de una y otra, había quedado adormecido. Pero inmediatamente el golpe del líquido lo había despabilado. Confiaba que en algún momento el cansancio lo vencería y pudiera abstraerse de aquella sensación alienante. Como le había dicho:
—A la larga morirás, pero primero sabrás lo que es la locura…
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