
WAKEFIELD, APENAS ENTRA
Cristian Mitelman
Mi mujer se queda observándome como si fuera un extraño. Es cierto que un día me fui de casa y desde entonces pasaron veinte años. Pero, ¿cómo explicarle que de haber estado junto a ella cada día de esos veinte años también sería un extraño, una pálida presencia exiliada de sí?
Ilustración: Salvador Dalí
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