
SORPRESA
José Luis Zárate
La máquina del tiempo se podía hacer con elementos caseros, era barata y sencilla. E inútil. El pasado era inamovible. Sólo podía documentarse y nada más. Todo viaje se hacía por nostalgia. De esos tiempos, del ayer personal: infancia, adolescencia, primeros amores. Sobre todo eso: amores perdidos. Una oportunidad de verlos de nuevo, de hablar con ellos antes del fin. Por que el pasado no podía transformarse y los adioses eran para siempre.
Fue una amarga sorpresa abrir la puerta y encontrarse consigo mismo, con ella tomándolo de la mano. Se miraron los tres, sabiendo qué significaba eso.
Fue una amarga sorpresa abrir la puerta y encontrarse consigo mismo, con ella tomándolo de la mano. Se miraron los tres, sabiendo qué significaba eso.
Esa vuelta de la máquina por los lugares mencionados debería estarnos prohibida. Los recuerdos también son máquinas del tiempo pero más dulcificadas.
ResponderEliminar