
Vincent van Gogh se cortó la oreja y se la mandó a Marilyn Monroe. Tras lo cual Marilyn Monroe se cortó una de sus orejas y se la mandó a Vincent van Gogh.
Vincent van Gogh se cortó el dedo chiquito del pie y se lo mandó a Marilyn Monroe. Marilyn Monroe le mandó uno de los suyos a cambio. Luego, Vincent van Gogh se cortó un párpado y lo envió. En el correo de regreso recibió un párpado de Marilyn Monroe. Su amistad se volvía más cálida.
Se intercambiaron anulares, lenguas, ombligos y pezones. Un día, Vincent van Gogh se cortó el corazón y lo envió rápidamente a Hollywood - pero para entonces Marilyn Monroe se había aburrido de todo el asunto y se había fugado a Tijuana con Warren Beatty.
Vincent van Gogh estaba destruído. Sin embargo, no debería sorprenderse. Este es el camino que muchas veces sigue el amor.
Vaya metáfora cruda, de esa que entra a cuchilladas.
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