
Sabes que algo irá mal cuando entras en el bar de carretera y te miran de ese modo. No debiste pararte allí, tan lejos de cualquier sitio. Observas sus caras, presuntuosas y despreciativas. Intentas no pensar y te sientas en la barra, sólo querías beber algo, tantos kilómetros desde el anterior bar. Te sirven tu aguardiente, pero sabes que te han dado el peor, porque te odian. Bajas la mirada, escuchas murmuraciones desde cada mesa, deben hablar de ti, probablemente traman tu muerte. Así que te levantas, disparas contra todos, hasta matarlos y te vas a buscar el siguiente bar.
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