
La niña miró al demonio haciendo signos amenazadores por detrás de la cabeza de sus padres. Intentó avisarles pero no le entendían.
- ¡Qué ricura de bebita! Mira como mueve las manitas. ¿Qué querrá?
- Cualquiera sabe. Tal vez tenga hambre. Ahora viven el mejor momento. Sin preocupaciones, ni tensiones.
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