
Bruno cargaba un cielo enorme entre sus manos. Era un cielo de los más diversos colores y Bruno nunca lo dejaba solo en casa, no fuera que se lo robaran. Así que iba de un lado al otro con él, apenas tocando el suelo. Era un tipo que odiaba dar explicaciones y que otros las buscaran donde no las había.
Cuando murió nadie supo qué hacer con esa sombra de figura retórica que cubrió el lugar donde antes estaba el cielo.
Cuando murió nadie supo qué hacer con esa sombra de figura retórica que cubrió el lugar donde antes estaba el cielo.
Tomado de Dakota/memorias de una muñeca inflable
Imagen vía Flickr
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