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viernes, 16 de octubre de 2009

Último deseo - Adelaida Saucedo


Tuvo mucho cuidado en la formulación de su último deseo. El genio ya le había engañado dos veces y hubiese sido tonto dejarse engañar una tercera vez. Pensó en su jefe, que nunca le daba ese puesto que ella merecía. Pensó en Marcos, que le había dejado por una chica más joven.
—Que se mueran todos aquellos que no aprecian lo que valgo.
Cuando vio sonreír al genio, recordó su problema de autoestima.

3 comentarios:

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