
Y como ella seguía sin quererme después de incontables abordajes, primeramente hicimos un preámbulo de diatribas, denuestos, porfías, odios comunes, mordacidades, sarcasmos, imprecaciones a voz en cuello, críticas ácidas, rencores no solucionados, y más tarde nos hicimos el desamor más cáustico, en camas separadas, por supuesto.
Imagen: René Magritte, "Los amantes"
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