Los navegantes mienten al decir que los seduzco con cantos de sirena. Son ellos los que me embriagan con su muerte de agua dulce. La metamorfosis es rápida: mi cola de brillosas escamas deja paso a un par de miembros pálidos que no sé usar. Trato de incorporarme y caigo, rompiéndome la piel inútil, mientras el barco se aleja arrastrando el anzuelo incrustado en mi boca.
Tomado de : http://lilielphick.wordpress.com/
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