Una mujer lee Un mundo feliz de Aldous Huxley. A su lado, un hombre de mediana edad, aunque muy deteriorado, estira el cuello y ve, en la página 217, esta frase: “La felicidad es un patrón muy duro, especialmente la felicidad de los demás”. No lo puede soportar. Es desdichado y sabe que nunca dejará de serlo. Ha perdido su trabajo, nadie lo ama, cree que está enfermo. Saca un cuchillo y degüella a la responsable de su desgracia. Debería prohibirse, reflexiona, la lectura de ciertos libros en lugares públicos.
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Sergio, cuento oscuro, borisvianesco; y sí, hay seres por ahí en busca de una chispa que los haga estallar.
ResponderEliminarQué buen cuento, me gustó.
ResponderEliminarQue nadie vaya a leer Linda 67 cuando yo me suba al subte, porque algo podría pasarle a mi esposo. Buenísimo, Sergio.
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