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jueves, 5 de agosto de 2010

Monterroseana- Lilian Elphick



Eres la hembra de mis sueños -le dijo con voz trémula. A ella le saltó el corazón, pero siguió comiendo. Cuando despertó, el dinosaurio estaba allí, solo, cegado por la gran bola de fuego. Era el fin de un período y el comienzo del fútbol.

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