El tren de cercanías paró y recogió a los últimos pasajeros de la noche. La suave música clásica les arruyó hacia el cementerio. Todos pensaban que ojala pudieran salir más noches, pero sabían las reglas. Sólo los treinta de octubre.
Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado. Gracias.
Ojalá pudiera contarte lo mucho que disfruté de tu micro. Pero no puedo teclear el mensaje. Hasta el 30 de octubre.
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