
El dragón fue abatido en pleno vuelo, las mujeres sensuales fueron perseguidas y cazadas una a una, el hombre de arena había perecido.
Finalmente los programas de cómputo habían acabado con los únicos que se les oponían; ahora ellos serían los únicos señores de la realidad virtual.
Los hombres nunca supieron lo que había ocurrido, tan sólo que desde ese día jamás volvieron a soñar. Tuvieron que conformarse con remplazar aquel mundo onírico con programas de software.
Sí señor! El software se ha convertido en nuestra Inquisición. Sueño v. 1.0 no está mal, pero me gustaba el sueño como antes... Gracias por el cuento!
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