Desenrosca el tapón de varias botellas de cristal, pone la copa encima de la mesa y con tranquilidad, mezcla su whisky con naranja. A continuación, se dirige a la habitación de su mujer. Minutos más tarde, ya con cara de arrepentido, vuelve a poner el tapón a la botella de licor.
Y a la de veneno.
Tomado de Microrrelatos a peso.
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