
Al final, lo confieso, me di por vencida. Que se quede con él, al fin y al cabo así no lo quiero, no me interesa. Aunque es mío, digan lo que digan es mío. Porque fui yo quien pasó noches en vela por él, la que esperó pacientemente y lo aceptó desde el principio. Gracias a mi dedicación, se perfeccionó y llegó a ser lo que es. Ahora ella se lleva los laureles, lo reclama y se jacta ante todos porque lo tiene. Pero, les juro que es mío, ese poema lo escribí yo.
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