Páginas

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Albada (XII) - Víctor Lorenzo Cinca


Se despertó en una cama desconocida, encerrado en un cuerpo que no era el suyo. Comprendió entonces que no había muerto, que los setenta y tantos años que creía haber vivido, eran sólo un sueño extenso, tal vez una larga pesadilla, de la que acababa de despertar. Se tomó medio bote de somníferos, y se acurrucó entre las sábanas, esperando volver a nacer.


3 comentarios:

  1. ¿O no despertar jamás?
    Me gusta, me gusta.
    BBesos

    ResponderEliminar
  2. Conciso como un dardo. Un dardo en el tema del extrañamiento y el paso del tiempo. Casi nada.
    Me ha gustado mucho.
    Besos.

    ResponderEliminar

Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado.
Gracias.