Tras la jornada laboral, mi jefe y yo nos despedimos:
—¡Hasta mañana, jefe! Por cierto... ¿nunca le he dicho que es usted un cabroncete malencarado y un dictadorzuelo que nos tiene amargada la vida a todos los trabajadores de esta empresa?
—¿Pero qué está usted diciendo? ¡Queda despedida!
Y asi fue como, tras la jornada laboral, mi jefe y yo nos despedimos.
Sobre los autores: Oriana Pickmann y Javier López
Monumental!
ResponderEliminarY con apenas dos autores!!!
Ya. En principio íbamos a ser 18 autores, para repartirnos adecuadamente las tareas, tal era la profundidad temática y el nivel de complejidad requerido.
ResponderEliminarFinalmente quedamos nosotros dos. Los otros 16 salieron, extenuados.
un círculo dentro de un círculo...brillante...
ResponderEliminarEn relación a la leche: prefiero la condensada a la mala.
ResponderEliminarMe gusta
ResponderEliminarAh, que no estoy en FB. Es igual: ¡Me gusta!
Qué despedida! ¡Si uno pudiera despedirse así! Alguno podría ensayarlo frente al espejo.
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