Anoche nos encontramos en la puerta de tu casa delante del viejo portón de entrada.
Pensé: no estás tan mal como me dijeron ni como imaginé. ¡Tenés pelo y canoso! No estás gordo ni flaco, se te ve bien… aunque con una tonalidad extraña que empaña tu cara.
Me regalaste una mirada dulcemente triste o tristemente dulce; no sé.
Me diste un gran y cariñoso abrazo.
Me desperté con tu sonrisa mirándome.
Laura Ramírez Vides
Tomado de El patio de la morocha
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado.
Gracias.