Páginas

viernes, 9 de marzo de 2012

Pesadilla de un apicultor - Cristian Mitelman


Sé de un hombre que trabajó toda su vida con abejas. A lo largo de los años recibió cientos de picaduras. El médico le dijo que la toxina de una abeja no puede provocar daños, pero que la sumatoria de tantos aguijones hace que uno de ellos resulte fatal, puesto que existe un límite que el cuerpo tolera para recibir el veneno.
Todas las mañanas mi amigo sale a trabajar con una angustia que tal vez lo derrote mucho antes. En cada abeja (pequeña chispa dorada del universo) ve a su posible asesina.

2 comentarios:

Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado.
Gracias.