Sumerjo las manos en un recipiente con agua, bajo la mirada y percibo que el líquido se tiñe de rojo. "La llaga ha vuelto a sangrar", le cuento al reflejo y veo tu rostro flotando homicida envuelto en mis ojos. De pronto mi cuerpo se torna trémulo y el corazón se me escapa del pecho. Obnubilado decido abandonar el cuarto de aseo y termino, creo, por morir de amor en medio del suelo.
Acerca del autor:
Diego Martín Eguiguren Salazar
Es preciosooooo
ResponderEliminarCreo, que puestos a morir, morir de amor es una causa que debe ser contemplada. Creo.
ResponderEliminarme ha gustado.
Un saludo