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lunes, 20 de agosto de 2012

El poder del deseo – Héctor Ranea


Gobernaba como podía. Trazaba un mapa sobre la trayectoria del agua durante las tormentas, pero no llovía desde que asumió, incluso desde antes. Quería que en cada esquina hubiese una fuente de agua, pero sólo encontraron arena. Le hubiera bastado sacar una foto del hospital, pero la gente pretendía curarse también. Quería rectificar todas las calles, pero las montañas se le oponían. Quiso dar luz a todos pero no quería que la encendieran. También quiso una playa, un monumento romano, un ángel sobre la bandera de bronce, un milagro cada domingo. Esos y otros proyectos se fueron con él cuando logró tomar el tren y perderse en forma anónima, en una ciudad allende el océano. Así fue que conoció el mar.

Acerca del autor:
Héctor Ranea

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