Llegó un día imprevisto, nada hice para recibirla. Ni siquiera la conozco, pero ella dice conocerme. El caso es que congeniamos a primer tecleo. Ella es tan absurda como yo misma, sólo que me enseña otros caminos y paradójicamente son caminos sin huellas. Coincidimos en algo: ella al igual que yo ama el desafío, ergo, solemos ponernos en jaque ante el peligro o ante el desparpajo de su vida plena. Me ha prohibido develar su nombre, veleidades de protagonista… y yo… al pie de su letra.
Sobre la autora:
Ana María Caliyuri
Ana María Caliyuri
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