¡El problema que tuvo el Conde Vlad Tepes! Por un extraordinario giro del destino, su cajón se convirtió en una máquina del tiempo y lo llevaba sistemáticamente para atrás. No sería demasiado problema de no ser porque llegaba siempre después de haber desangrado él mismo a la misma jovenzuela. Casi se muere de hambre, pero esa es otra historia.
Sobre el autor: Héctor Ranea
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