
DIA DE CLASE
Alejandro Bentivoglio
El maestro pidió el cuaderno al niño. El niño se lo entregó y el maestro pudo ver que solo había garabatos y dibujos sin sentido.
—¡Usted es un irresponsable! —gritó el maestro—. ¡Vaya a la dirección!
El niño asintió con gesto cansino, el gesto del que conoce bien la terrible distancia que separa la infancia de la adultez. Se levantó del pupitre con extrema delicadeza, se alisó los bigotes y salió del aula.
De Dakota/memorias de una muñeca inflable.
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