
Bastante hijo de puta el Caballero Cisne de Lohengrin. Ordenó la represión de una manifestación pacífica de los patos y la detención de sus cabecillas Donald y Lucas; en represalia por las burlas sufridas en su infancia, cuando era considerado un patito feo, feo.
Qué cuento tan extraordinario. De nuevo, Daniel, sorprendes con muy poco.
ResponderEliminarGracias, Esteban. Un placer tenerte como lector
ResponderEliminarUma percepção única deste conto tão triste e absurdo!
ResponderEliminarHiperbreve, ultrabueno.
ResponderEliminarGracias, Angela y Javi
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