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domingo, 18 de octubre de 2009

Polifacético - Javier López


Aquel diamante tenía muchas facetas.
La principal era su poder de seducción. Pero también la de nublar la mente de quien lo poseía y volver egoístas a las personas.
La que nadie conocía era que, siendo un diamante falso, sus facetas lo hacían parecer auténtico.

Tomado de: Merienda en el parque

2 comentarios:

  1. Los diamantes activan esa zona oscura que tenemos dentro. Entendiendo esos diamantes metafóricamente como posesiones y cosas, somos nosotros los que nos dejamos obnubilar. Buenísima reflexión, Javier.

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