Páginas

miércoles, 3 de febrero de 2010

La paradoja de Bertrand Russell - Sergio Gaut vel Hartman & Rafael Vázquez Suárez


Isidoro Cañones trabajaba para una editorial que solo aceptaba redactar las autobiografías de aquellos que no podían escribirlas por sí mismos. Pero un día, entrando en la vejez, quiso narrar su propia historia. ¿Cómo hacerlo sin contravenir la norma? Por suerte los años le habían enseñado muchas cosas sobre el ser humano.
Se sentó frente al teclado del ordenador y comenzó a describir al extraño que todo hombre contiene en su interior. Ese sujeto, ese Isidoro Cañones casi ficcional, terminó representándolo a la perfección, más, tal vez, que si hubiera contado la verdadera historia.

1 comentario:

  1. Achalay! Un Isidoro Cañones real contado por uno de ficción o es al revés? Me gustó

    ResponderEliminar

Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado.
Gracias.