Recomiendo fervientemente la experiencia de hacerse un ecodoppler. No es sencilla porque la medicina actual no favorece el goce estético. Pero, ¡qué sensación subacuática e inolvidable acompaña el poderoso sonido de la sangre corriendo por las venas! Ballenas y delfines deben saber algo al respecto porque, desde hace un tiempo, atosigan con mensajes incomprensibles mi casilla de mail.
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