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domingo, 20 de junio de 2010

Fábula del abandono - Lilian Elphick


Un día, Tigre miró por última vez a Fábola, y partió a las praderas del cazador y de la sangre, donde la luna siempre estaba llena y podía alumbrar todos los deseos.
Entonces, Fábola se decidió a hablar y dijo:
Soy una voz que se aleja hasta hacerse inaudible.
Soy un corazón que huye para encontrarse con su propio miedo.
Soy palabra sin significado.
Soy silencio de las manos.
Camino con los zapatos al revés.
Dejo esto, ahora, en blanco
Y así, Fábola, abandonada de sí misma, fue recogida por la escritora que cavó y cavó hasta depositarla en lo más profundo de sus sueños.

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