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jueves, 30 de septiembre de 2010

Disidentes – Sergio Gaut vel Hartman


Episodio someramente registrado en los escritos póstumos de Filón de Alejandría, la secta de los crijudis estuvo signada por una dramática confusión. Para Moishele de Bershevá las reglas dietéticas judías debían aplicarse a las enseñanzas de Jesucristo, aunque sin olvidar la filosofía de Juan el Bautista. Por ese motivo decidió que lo sagrado no podía encarnarse y que su fe tendría que santificar los jueves para no ser absorbida por las originales. Así nació el culto a San Edrín y por ese motivo José de Arimatea fue el primer batata de la secta. No obstante, fue un grupo efímero porque un levita del templo contrató a un sicario para que degollara a Moishele, y para consternación de sus fieles, el profeta no resucitó como había pronosticado. Disuelta la secta, judíos y cristianos se repartieron a los acólitos. Como eran cuarenta y siete, a Salomón Rabinovich lo cortaron al medio.

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