En medio del barrio más antiguo y más viejo de la ciudad mataron a un travesti. No lo mataron, lo descuartizaron. Lo cortaron en pedazos: dedos por un lado, muñecas por otro, y después codos, hombros, caderas, rodillas, vértebras, veinticuatro costillas, ojos, hígado, riñones, siete metros y treinta y tres centímetros de intestino delgado, oídos, aorta, corazón, cerebro, cerebelo y un solo pezón. Con la misma precisión lo volvieron a unir. Dos vértebras y entre medio de ellos el riñón, la aorta seccionada al medio y sobre ella las uñas en hilera, cosidas con el pelo y la cejas.
Un hombre joven confesó el crimen y fue condenado al destierro. También ganó el premio de la Bienal de arte costumbrista.
Tomado de Prometheus http://www.pmdq.com.ar/
Crudo, irónico, muy bueno.
ResponderEliminarMuy buen texto. Felicitaciones
ResponderEliminarGracias por los comentarios, Isabel y Sandro, los invito al blog EN TRES NOCHES LA ETERNIDAD donde hay más material del autor
ResponderEliminarIsabel, Sandro, gracias por los comentarios, para ver más textos del autor se puede consultar el blog EN TRES NOCHES LA ETERNIDAD
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