Después de 969 años, Matusalén agonizaba. A su lado no tenía ningún familiar puesto que ninguno había resistido el trasegar de tantos siglos. La criada anónima, que humildemente le brindaba los últimos cuidados, había empezado a fingir de sordera cuando Matusalén le confesó que su última voluntad era escribir las memorias de su vida.
Tomado del blog: http://www.minicuento.com/
Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, tratá de que tu comentario sea sobre esta entrada. Asuntos personales (buenos y malos) que tengas con el/la autor/a del texto y/o los miembros de este blog por favor resolvelos por otros canales ya que este no es el adecuado.
Gracias.