lunes, 26 de enero de 2009

La verdadera historia del cántaro y la fuente - Sergio Patiño Migoya

De tanto ir el cántaro a la fuente, acabaron por enamorarse. Cada día, el cántaro más se llenaba de amor y, por consiguiente, menos de agua. Su dueña, harta de tanto viaje para llevar a casa la misma agua que antes en un ir y venir trasegaba, terminó por montar en cólera y estrelló el cántaro contra un muro.
De las potables lágrimas de la enamorada nacería una oda hermosísima y triste que aún cantan cada mañana las fuentes de todo el país, para solaz de sus habitantes. Sólo las personas, que tan poco tiempo tienen para escuchar a las fuentes, han olvidado esta historia. Apenas conservan de ella la expresión “amor destrozado” y un refrán, siempre más práctico de usar según conveniencia.

Tomado de http://breventosybrevesias.blogspot.com/

No hay comentarios: