—¡Soy una tierna!
—Si vos lo decís.
—Te noto algo sarcástico.
—Me parece que si uno se dice tierno a sí mismo, es porque anda tomando alguna pastillita...
—Me lo dijo un g'ork, para que sepas.
—¿Y qué hacías vos con un g'ork, si se puede saber?
—Nada, él qué hacía conmigo, deberías preguntar.
—¿Qué hacía él?
—Me estaba comiendo.
—¿Comiendo? ¿Y qué hacés ahora, viva?
—No estoy viva, tonto. Soy una réplica. ¿No te digo que son buenísimas las réplicas?
—Salí. Me das asco. Dejame.
—No puedo. Me mandaron a buscarte. Date por replicado.
—¿Duele mucho?
—¿Cuando te come un g'ork? No. Son muy tiernos... bueno, es una manera de decir. Te dicen cosas bonitas. Vamos. No necesitás llevar nada. Ellos te proveen todo.
—¡Ufa!
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Héctor Ranea