domingo, 9 de septiembre de 2012

Riski Riski y la trompeta hirviente - Héctor Ranea


No hay descanso para Riski de la familia Riski. Toca la trompeta en la culirio pero igual le pagan con bolidors de cuero de mistilados. Apenas le alcanza a Riski Riski para los helados páramos de vaticaseos que necesitan sus siete acokis para seguir comiendo.
Trompeta acá, trompeta allá. Alguna vez tuvo que hacerla hervir para que le pagaran algo más. La vida en los polos ya no es la que solía ser. Al menos, no como la conocemos. Puede que en el tercer planeta sepan cómo hacer para la bolojela sin bolidors, pero acá las ñalkas no se dan por menos de lo que gana Riski Riski en seis conciertos. Un desgaste enorme para transferir el ADN.

Acerca de Héctor Ranea

4 comentarios:

El Titán dijo...

escuchó usted el concierto para trompeta y doble hélice de Vadell Haydn Shostakowichetini?

Ogui dijo...

Sí. Poco intercambio de ADN, eso sí.

Javier López dijo...

Casualmente (no tan casualmente) estoy escuchando a Miles Davis, convertido en un Riski al que los bolidors le faltaban a fin de mes.
Divertido y sorprendente, don Ogui.

Ogui dijo...

¡Gracias, Javier! Es uno de la serie de marcianos, ¿recuerdas? Este mismísimo Miles Davis de allí (porque quiérase creer o no, él fue una inspiración escuchando Bitches Brew)¡Arrivederci!