domingo, 28 de septiembre de 2008

Ruinas - Ramiro Sanchiz


RUINAS
Ramiro Sanchiz

Sabía que estaba acercándome. Apenas dejé atrás la sala de las columnas sentí una oleada de terror reverencial. Avancé a tientas por los pasillos abandonados y di con la esperada escalera. Subí hacia la luz nocturna y el aire fresco: allí estaba la antigua catedral. Sus columnas me parecieron las costillas de una osamenta expuesta al sol del desierto, mientras seguía mi camino bajo los arcos encorvados y las ojivas marchitas. Aquellas ruinas respiraban como un animal moribundo. Me detuve ante lo que había sido una ventana y contemplé el mar no tan distante. Las olas parecían haber depositado los restos de la catedral, como un antiguo habitante de las profundidades arrastrado por las mareas, varado bajo las estrellas.
Acerqué mi oído a los restos de una pared para escuchar su lamento antiguo.

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