lunes, 22 de noviembre de 2010

Lobos marinos – Fernando Puga


No tropecé, no me empujaste. No me distraje ante la belleza del luminoso cielo nocturno. No notaste que era la oportunidad para deshacerte de mí. No. Yo quise volar y tú no descreíste de mi deseo.
Sobre la playa, ladran los lobos marinos y se disputan los pedazos de carne esparcidos sobre la arena. 
No te asomarás; la altura del acantilado no deja lugar a dudas. Desandarás el camino hasta el hostal y mientras repasas la velocidad de mi caída te alegrarás de tener los pies en la tierra.

1 comentario:

cantordepocasnotas dijo...

Como me llego este relato. Me lance por ese acantilado. y termine así. Felicitaciones! Muy Bueno!