María, amasaba bolitas de fraile por las noches. Su familia pasaba por una grave situación económica y su esposo no quería trabajar.
Mientras ella ponía dedicación al trabajo, sus hijas pequeñas dormían.
Aprovechaban las fábricas cercanas para la venta. Allí los obreros entraban a trabajar muy temprano.
—Chicas, levántense ya es hora de salir —dijo María.
—¿Podemos comer una? —preguntó la menor.
Su padre no esperó a que su esposa responda.
—¡Son para la venta, apúrense que se hace tarde! —dijo gritando.
Las niñas salieron con las canastas y muy arropadas a causa del frío.
Al verlas indefensas, los hombres les compraron rápidamente.
Llegaron a su casa y le dieron el dinero a su madre. Pero su padre se los quitó.
—¡La mitad es mío, necesito vino y cigarrillos! —expresó el haragán.
La autora: Nélida Magdalena González de Tapia
2 comentarios:
Terrible y real. Abrazos Neli.
Tremendo y real. Abrazos Neli.
Adriana Cantero.
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