Soy una de las pocas mujeres que no quiere ser más joven de lo que es; de hecho, amo mis pocas canas. De joven nunca quise volver a ser chica.
Infancia, la mejor edad… siempre sentí que con vivirla una vez era más que suficiente. Sos chica para contestar pero no para escuchar. Sos chica para rebelarte pero no para aguantar. Siempre estás del lado equivocado, del que no hay derechos. Eso me enseñaron, con burlas, manoseos y secretos; me enseñaron a ceder, a ser buenita, complaciente. Todo en casita. Todo en familia.
Ahora tengo una hija, me dicen que la malcrío, que es caprichosa, maleducada, que tengo que frenarla, ponerle límites... lo que no saben es que estoy tratando de ayudarla: enseñándole a contestar, a rebelarse, a decir NO a quien sea que tenga delante, incluida yo.
Tomado de El patio de la morocha
Sobre la autora: Laura Ramírez Vides
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