… Plinio dice haber visto un Hipocentauro, conservado en miel,
que mandaron de Egipto al emperador. En la Cena de los siete sabios,
Plutarco refiere humorísticamente que uno de los pastores de Periandro,
déspota de Corinto, le trajo en una bolsa de cuero una criatura recién nacida
que una yegua había dado a luz y cuyo rostro, pescuezo y brazos eran humanos
y lo demás equino. Lloraba como un niño y todos pensaron que se trataba
de un presagio espantoso. El sabio Tales lo miró, se rió y dijo a Periandro que
realmente no podía aprobar la conducta de sus pastores.
JUEGOS FLORALES 2024
Hace 1 mes
1 comentario:
Magnifico texto,colega, lo disfruté con ese delicioso placer que Barthes declara.
Eli
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